Cómo incrementar nuestra Fuerza de Voluntad y AutoControl

Nuestras emociones nos ayudan en la toma de decisiones, y cuando estas son muy intensas normalmente nos llevan a tomar decisiones incorrectas. Una buena regulación emocional incide favorablemente en nuestra salud, éxito, relaciones interpersonales, estado de ánimo y satisfacción de vida.

La fuerza de voluntad es la capacidad de resistir las tentaciones a corto plazo para cumplir con las metas a largo plazo que nos proponemos. Algunos expertos comparan la fuerza de voluntad con un músculo que se puede fatigar si se le usa en exceso y al que podemos ejercitar con algunos cambios sencillos en nuestra rutina diaria. Por un lado les voy a comentar qué cosas disminuyen nuestra fuerza de voluntad y por otro qué podemos hacer para incrementarla.

Nuestra fuerza de voluntad disminuye al suprimir o evitar pensamientos y emociones. Por ejemplo, al empezar un nuevo hábito, empleamos al máximo nuestros recursos de fuerza de voluntad, sin embargo, al volverse ya una rutina, dejo de usar la fuerza de voluntad y se vuelve casi automático. El interactuar con otros, cuando es fingiendo emociones o sentimientos, produce una baja de fuerza de voluntad. Esto pasa mucho con políticos o con una visita de una mala suegra. Además se encontró que las personas que se sentían obligadas a ejercer el autocontrol (para complacer a otros, por ejemplo) se veían más fácilmente agotadas en comparación a las personas motivadas por sus propias metas y deseos internos.

Cuando se trata de la fuerza de voluntad, quienes están en armonía consigo mismo pueden estar en mejor estado que quienes buscan complacer a los demás. En los adultos, es recomendable dormir al menos 6 horas diarias, esto nos vuelve menos susceptibles a emociones fuertes y evita que caigamos en la tentación de consumo de alimentos, bebidas, cafeína. Incluso estudios indican que las personas que duermen mal presentan una “leve disfunción prefrontal”, es decir, la parte del cerebro inteligente, que ayuda a tomar decisiones, planear y ejecutar, se ve afectada.

El ejercicio tiene muchísimos beneficios, en un estudio se observó por ejemplo que quienes incorporaron una rutina diaria de 30 minutos de deporte experimentaron:

  • Mejora en su atención y habilidad para ignorar distracciones
  • Comieron menos
  • Disminuyeron la cantidad de cafeína y fumaron menos
  • Veían menos televisión
  • Estudian más
  • Ahorrar más dinero
  • Procrastinaban menos y llegaban a tiempo a sus citas
  • Su corteza prefrontal tiene mayores conexiones

Tomar decisiones te quita fuerza de voluntad, así estudios demuestran que hasta decisiones de tener que cambiar el canal de la televisión te restan tus recursos de fuerza de voluntad. Por eso, el tener un plan establecido con anticipación puede permitirle tomar decisiones en el instante sin tener que aplicar la fuerza de voluntad.

Un estudio mostró que poner dulces dentro de un cajón en vez de encima del escritorio donde todos pueden verlos redujo el consumo de dulces en un 30%. Escoge con anticipación tu ropa para el día siguiente, así guardarás tus reservas para cuando realmente las necesites, copiemos a Steve Jobs y Marc Zukerberg, solo con una búsqueda en google y verán que casi casi vivían uniformados.

Personas prefieren terapias en las cuales el terapista hace el trabajo, por ejemplo, prefieren la hipnosis frente a la meditación, una pastilla en vez de dieta y ejercicio, pero un cambio a largo plazo requiere de modificación de la conducta. Esto requiere de mucha fuerza de voluntad al inicio, pero eventualmente, al volverse un hábito, ya no se requiere de la fuerza de voluntad.

También es importante una dosis de aceptación de las cosas de nosotros mismos que no podemos cambiar, que son parte de quienes somos, es decir, de auto aceptación. Si bien en cada momento estamos haciendo lo mejor que podemos, también debemos entender que podemos cambiar. El dolor debe aceptarse, no evitarse, para poder llegar a nuestras metas.

El desear las cosas se relaciona directamente con la dopamina, y no siempre nos hace sentir bien, nos hace perseguir la felicidad, pero no conseguirla realmente. Incluso a veces nos hace sentir ansiedad, y la tenemos hasta conseguir el objeto de nuestro deseo. Al conseguirlo sentimos alivio, pero no necesariamente felicidad. Así, el problema radica en confundir deseo con felicidad. El satisfacer un deseo alivia la ansiedad, pero a cambio nos deja frustrados, insatisfechos, avergonzados, cansados, enfermos, decepcionados. La ansiedad a corto plazo se alivia pero a largo plazo sigue aumentando. Finalmente, existe la llamada “trampa de la felicidad”, donde las personas persiguen la misma buscando por ejemplo más dinero o fama, y esto simplemente las aleja más de la meta, que en realidad se encuentra más cerca de disfrutar cada día de las cosas más sencillas.

Con cariño,
Daniela Ordóñez
Psicóloga Clínica
0989013562
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