¿Qué podemos hacer para frenar la violencia en nuestra sociedad?
Aprovechando que este es nuestro mes, quiero invitarlas a reflexionar sobre la violencia en nuestra sociedad. Hay muchas causas, y mi intención con este artículo es que puedan conocer herramientas y estrategias de prevención e intervención frente a esta realidad lamentable.
La violencia se presenta por una mala regulación emocional; es decir, esa ira expresada de forma que me hago daño a mi mismo o a los demás. Entonces, el primer paso para cambiar esto es entender que las emociones tienen una función, me dan un mensaje, y que no son malas, por ejemplo, la ansiedad me prepara para rendir bien antes de un examen.
Luego de entender que las emociones tienen una función, pongámosles nombres. Podemos apoyar a que nuestros hijos pequeños vayan identificándolas, preguntando donde las sienten en su cuerpecito, y bautizándolas, pueden encontrar en internet incluso fotos con las emociones a que les vayan poniendo una cara.
Otros puntos subestimados para promover esta regulación emocional son las rutinas, en adultos y aún más en niños, horarios de sueño, de alimentación, controlando especialmente el consumo de azúcar en exceso y hacer ejercicio, al menos 30 minutos al día.
El machismo ha sido el sistema que ha sostenido la violencia contra la mujer en nuestro mundo; está tan arraigado y normalizado que es complejo irlo erradicando, pero si tú que estás leyendo esto y decides poner un granito de arena, te aseguro que nuestros hijos e hijas cosecharán los frutos de nuestro trabajo emocional.
¿Cómo educo a mis hijos distinto? Cuando dejo de reírme de chistes machistas; cuando permito que mi esposo aprenda a cambiar un pañal, tender la cama y ser parte de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos. Cuando dejo de usar frases como: “Esa no trabaja, es ama de casa”, o le aconsejo a mi hijo “búscate una señorita de su casa”, o le digo a mi hijo “deja que tu hermana limpie”. Recordemos que nosotras somos las que apoyamos y mantenemos el machismo en el hogar, o las que podemos cambiarlo, y esto hará que podamos vivir en un mundo mejor.
Un mundo donde dejemos de criar “sirvientas” y “proveedores”, donde se entienda que feminista es todo aquel que busca la igualdad de derechos y responsabilidades de los seres humanos.
Valoremos y enseñemos habilidades interpersonales a nuestros hijos, empatía, esto no solo los vuelve más sensibles y humanos, sino que les ayudará a tener mejores relaciones con los demás y por ende, más oportunidades, redes de contactos y menos conflictos.
Enseñemos a nuestros hijos a valerse por sí mismos, a cocinar y a adquirir todas las habilidades posibles, sin tomar en cuenta el género. El cambio que estamos esperando en el mundo empieza en casa, empieza conmigo y contigo.
Con cariño,
Daniela Ordóñez