Todas en algún momento nos preguntamos cómo y cuándo hablar con nuestros hijos de sexo. Espero con este artículo resolver algunas de sus dudas más comunes.
En primer lugar, es importante empezar a conversar de este tema a temprana edad, y que esa conversación quede abierta, porque muchos padres esperan al “momento correcto” y este suele llegar demasiado tarde, cuando ya tienen información, muchas veces a través de medios de comunicación o de sus propios amigos. Lógicamente información incompleta, a veces irreal (pornografía) y esto lleva a confusión y silencios.
Piensen que este tema debe tener varios capítulos, cada uno apropiado para la edad de los hijos. Al empezar temprano abrimos un canal de comunicación con nuestros hijos, y acostumbramos a topar el tema de la sexualidad y otros de temas complejos de una forma más fácil.
Cuando son pequeños por ejemplo, podemos empezar a hablar de los nombres de las partes de sus cuerpos, y reconocer las diferencias anatómicas entre hombre y mujer; ya en la adolescencia, hablar de prácticas sexuales seguras, consentimiento sexual, violencia y abuso (físico y psicológico) en las relaciones, etc.
¿Y el colegio?
También es importante acercarnos al colegio, y conversar acerca de la información que nuestros hijos están recibiendo alrededor del tema, así podemos conversar con ellos partiendo de este conocimiento, incluso, si fuera necesario, resolviendo dudas y complementando con lo que se necesite.
No existe una manera “perfecta” de hablar con ellos, nuestros hijos quieren y necesitan más información que saber cómo se hace un bebé, topar temas como la orientación sexual, masturbación, sexo oral y respeto a la sexualidad de los demás también deben tomarse en cuenta.
Lean, pregunten a profesionales si tienen dudas, y prepárense, además, si no saben la respuesta, digan “no sé” y descúbranla investigando juntos, incluso puede ser una oportunidad para enseñarles a buscar en internet información científica y real de los temas importantes.
Debemos reconocer que hablar de este tema suele ser incómodo o vergonzoso, pero no permitir que estas emociones nos impidan tener estas charlas, muchas de ustedes (incluyéndome) puede que no hayan tenido este tipo de charlas de nuestros propios padres, lo cual lo vuelve más difícil.
Sin embargo, nuestra idea es criar hijos mejores que nosotros, más sanos mentalmente, y listos para enfrentar este mundo, tan distinto al de nuestra propia vida, ¿cierto?, que eso sea el impulso y motivación para topar este tipo de temas en nuestros hogares.
Con cariño,
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